Llevo días si no es que meses pensando en ello.
Algunas veces ha sido esperanzador (soy idealista, muy idealista y si creo que el mundo puede ser mejor) otras veces me horroriza y otras, no entiendo nada.
Hay miles de perspectivas para abordar el tema, polarizarlo y armar grandes debates, pero no es mi intención.
Vamos viendo como el mundo va reintegrandose a la “NN” depediendo de cómo llevaron la crisis, en qué lugar del planeta se encuentren, y que liderazgo han tenido de parte de sus autoridades. Para reflexionar lo que sucede en mi entorno, retomo fragmentos de un texto que se ha distribuido por distintos medios escrito por nuestro gobernador Carlos Joaquín a 4 meses del Covid-19 los cuales pondré en negritas.
Primero, recordemos que estamos al inicio de la reactivación económica.
¿Cómo podemos entender el inicio de la reactivación económica con tantos mensajes contradictorios, con tantas realidades distintas que surgen a partir de un mismo problema, con tanta desinformación, miedo, polarización y desconfianza?
Una vez más, es difícil encontrar una respuesta que satisfaga a todos. Algunos se preguntan porqué hay reactivación económica en pleno pico de contagios, otros, cuestionan si el cierre fue útil y necesario… vivimos en un estado que vive del turismo y nuestro corazón de alto rendimiento se detuvo 4 meses, posiblemente, si no se reactiva puede morir o dañarse permanentemente.
Los daños económicos del virus probablemente sean más graves y más difíciles de subsanar que la misma enfermedad, y esa cuenta aún no nos llega completa, sabemos que hay desempleo, que muchos han reducido significativamente sus fuentes de ingreso, y que los negocios y actividades económicas no pueden sostener el paro sin tener consecuencias graves.
¿Cómo reactivar económicamente sin exponernos y exponer el medio ambiente?
Lo que hagamos hoy, va a influir en el futuro del crecimiento económico del estado.
No sólo va a influir en el futuro del crecimiento económico del estado, va a influir en todo nuestro entorno. La mayoría de las prácticas “anti-covid” son altamente estresantes además de que promueven los desechos, a partir del uso de plásticos y materiales de un solo uso y despilfarro de sustancias desinfectantes. Eso, también está influyendo en nuestro futuro. ¿Qué decisiones podemos tomar hoy para que nuestra forma de reiniciar, influya de la mejor forma posible en nuestro futuro?
Y cito de nuevo el comunicado: El rumbo lo tenemos claro.
¿si? ¿quién lo tiene claro? ¿El gobierno?, ¿los negocios?, ¿los que salen a la calle día con día protegidos hasta los dientes porque no tienen remedio? ¿O los que se quedan en casa esperando que todos hagan lo mismo?
Es momento de detenerse. Dicen que lo mejor que puedes hacer cuando no sepas que hacer es no hacer nada.
La pausa no fue durante la cuarentena, es ahora, antes de actuar. La manera de integrarnos cada quien, en medida de sus posibilidades y valores en la «NN», si marcará el rumbo hacia el que queremos dirigir nuestro futuro. Habíamos avanzado un poco en el cuidado del medio ambiente, en la conciencia del consumo sostenible; y hoy, nos enfrentamos de nuevo a una oleada de basura que no veo cuando vaya a frenar. Veo ya, en las calles lo poco que he salido, tapabocas tirados, productos envueltos individualmente en plástico “anticovid” y desechables en todo tipo de presentaciones. No me quiero imaginar la cantidad de servicios turísticos que implementarán cualquier cantidad de amenidades de un solo uso para dar confianza a los clientes que se aventuren a salir de casa y activar la economía de nuestro destino. ¿Tenemos claro algo?
Y por último retomaré esta afirmación: El enemigo al que nos estamos enfrentando es muy bueno en lo que hace. Nos ataca permanentemente.
¿quién es ese enemigo? ¿Es el Coronavirus?, o la flojera, la indisciplina, la comodidad, el hartazgo, la necesidad de seguir adelante lo más pronto posible…. Y no los describo así porque los desprecie desde lejos, los describo así porque los conozco, los he sentido y me asustan. A principio de la pandemia ya con un poco del futuro cantado desde China y el viejo continente, veíamos esta situación lejana como una oportunidad de resetearnos, de darnos un tiempo, de reinventar nuestra historia. Algunos países lo han hecho, han aprovechado el reinicio para implementar nuevas prácticas y regulaciones amables con el medio ambiente, saludables y sustentables; a lo mejor tienen líderes visionarios, pero también queda claro que las personas elegimos y decidimos, y en esos actos está el cambio, somos corresponsables.
Ya nos lo dijo el gobernador: Los mayores cambios se generan poco a poco, pero con consistencia. Hemos demostrado que cuando nos unimos en torno a un objetivo compartido, no hay adversidad que nos supere.
Es momento de elegir y decidir quién es ese enemigo que ataca permanentemente, y si vive dentro de nosotros, hagamos algo porque con plástico y desinfectante no va a desaparecer.
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